Wednesday, May 30, 2007

Mujer


Cuando en una pasarela
aparece una modelo
con chaqueta y lentejuela
y falda de terciopelo.
Con andares impecables
y perfumes de chaneles
me entran ganas preguntarle
tu de que comparsa eres.
Son fantásticas divinas
de plástico y silicona
son igual de femeninas
que el palo de una escoba
Se entregan apasionadas
a los hombres jalabolas
porque están enamoradas
del dinero y de las joyas.
Yo prefiero seguir buscando
los defectos y los encantos
de una dama golfa y valiente,
verdadera como la guerra
despeinada como la tierra
y canalla como la gente,
yo prefiero una compañera
perfumada con la madera
con el cuero y con la palabra.
Hembra,
una mujer para mi debe ser
mucho más que una hembra
que desprecie la corbata y el Chanel
el dinero y la mentira
solo por esa mujer
valdrá mi muerte más que mi vida.
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Thursday, May 17, 2007

culpable


Me confieso fanático de los perfumes que del cabello femenino emanan, más que fanático, me considero un loco, un coleccionista de sensaciones perpetuas que se filtran por ese aroma, de la indiscutible dulzura de olor de una silueta que al recién abrir los ojos en la mañana se despierta con la fragancia de todo el sueño y lujuria descargada. Soy un perdido enamorado de una espalda liquida, que cincelada por la vida cual reloj de vidrio que apenas deja caer la arena, se escurre entre mis manos entre el calor y el gemido, entre el sudor y un quejido. Perturbado por una espalda, tan liquida que se puede navegar entre canales y ahogarse en la perdición de su estructura. A veces también soy artesano esculpiendo entre hombros y cuellos, que con cierta complicidad se dejan seducir entre frases al oído y caricias traicioneras que provocan tsunamis de escalofríos. Por momentos me convierto en detective, buscando marcas de desenfreno entre los hoyos laterales de tu cadera, marcando mis huellas dactilares en tu pelvis buscando algún indicio que me lleve al crimen de tus piernas. A fin de cuentas soy idiota, un insensato ante la figura femenina, ya que ante sus encantos caigo adicto indefenso hasta el paroxismo. Y como confeso amerita culpable, y culpable se debe condena. Pues me condeno ha ser esclavo de cinturas y caderas, de siluetas de guitarras, del cabello y su fragancia, del amor y su mirada, del sudor entre tus sabanas

Amigo Verso

Encontrarse por suerte con el camino perdido. que tiene algo de hierba surgiendo entre las grietas Con parte del asfalto derruido y un poco ...