Sin vergüenza me llamaron,
pero vergüenza es lo que me sobra, vergüenza ajena, vergüenza propia
Me pesa quedarme callado ante la insolencia humana, ante mi propia insolencia
Me duele ver caminos mojados por sangre inocente, rociados y llorados por lágrimas impotentes.
Me carcomo las entrañas, la vergüenza de ser humano al pasear mis mañanas por primeras planas, suceso cotidiano, noticia internacional.
La impunidad en Gaza, el Israel salvaje, implacable y despiadado.
La inmutable ONU, que vale poco o nada cada vez que se proclama.
Humanos tontos enfermos de hipocresia, acomplejados por dinero, hipnotizados por desarrollo.
Marionetas de nuestro propia ignorancia, complices,
confidentes de nuestros propios pecados,
sacrificando nuestro futuro, por un presente voluptuoso.
Pues ya veremos!!!,
que como una mujer de grandes curvas,
nuestra llamada humanidad
verá la gravedad del tiempo desgarrar la belleza
que ilusa pensaba siempre podría tener.
(si es que alguna vez la tuvimos)
