El silencio escondía el murmullo de la lluvia detrás de la ventana, una leve ventisca entra por la ranura de la puerta produciendo un silbido escalofríate, el frió de la oscura habitación penetra hasta mis huesos, me abrigo aun mas con la cobija sobre la espalda y mi suéter no bastaba; -“la noche se presta para echar unas letras”. Cojo mi taza de caliente Chocolate y la relleno con lo que quedaba sobre la olla; la habitación pequeña tipo estudio, cofunde la cocina portátil con el escritorio donde escribo, mas de una vez he derramado algún líquido sobre un trabajo, y aunque mi destreza ha aumentado con la experiencia, sirvo cauteloso, no valla a ser que pierda 45 paginas de historia; “las Cavernas de Arad”, fascinante relato de marinos y piratas, coronado con la búsqueda de un tesoro enterrado en una isla misteriosa, no muy original, pero siempre excitante a la hora de relatársela a algún pequeñuelo. En fin, debo terminar antes del mes próximo si quiero asegurarme un puerto en la recopilación anual de la Editora de “mis cuentos libres”. Desde Pequeño siempre soñé con lograr ser un gran escritor, escribir novelas que llegaran a ser “Best Séller” y llegar a ser admirado por mis obras a nivel internacional, discutido en las aulas de clases y motivos de plática para eruditos en letras y literatura… Pero sueños son y seguirán siendo, por ahora me conformo me conformo con extraer alguna sonrisa del rostro de algún chiquillo alocado, sirviendo de alimento a su imaginación y fantasía magistral.
Y es que pensándolo bien, de nada vale ser reconocido por todo estos viejos aburridos de las universidades si puedo ser la inspiración de algún pequeño a la hora de entrar en el mundo de juegos, de nada vale un “Pulitzer” ante la posibilidad de ser el constructor de las alas de la imaginación de un niño, donde el cree ser amo y señor de todos los buques y general en jefe de La Armada Invencible, el Héroe de diez mil doncellas que se derriten por su carisma o el Corsario luchador contra bestias submarinas.
De que me serviría un premio Novel en literatura ante el grandioso premio del volver atrás, hasta esos días de aventuras y riesgos sin limites, cuando yo desenvainaba mi gancho de ropa, que mágicamente por una fuerza sobre natural se convertía en “Scalibur” la mas grandiosa de todas las espadas.
Que saben los Eruditos y Letrados de las prestigiosas universidades sobre El Rey Arturo y su mesa redonda, atrás ya dejaron los años en que se atrevían a soñar en ser superhombres y se volvieron momias, villanos envueltos en vendas de “sabiduría” y madurez, de principios y costumbres, de títulos y renombres; olvidaron el paisaje tan hermoso detrás de las ilusiones de Bach, voltearon a analizar la lucidez de Saramago silenciando su sueño de también jugar a ser rey. Se volvieron Zombis y Vampiros de política y sociedad y olvidaron el tesoro de la vida, la poesía y romance de Shakespeare, los sueños cumplidos de Julio Verne y los Mundos de Marck Twain.
Para que quiero llegar a ser un “best seller”, si puedo llegar a ser el “libro favorito” y regalo perfecto para comenzar a jugar; cuanto mas grandioso que ser admirado por la prensa y editoras puede llegar a ser que “Arad” se convierta en el héroe ejemplar de un chico de 8 años y fuente de inspiración para futuras horas de juego.
Porque convertirse en tema de plática de profesores de literatura en horas interminables de clases y conferencias aburridas que adormecerían a cualquiera, si pueden mis aventuras invitar a soñar a algún niño con viajes maravillosos a través del mundo mientras su madre lee al borde de su cama…
...al fin y al cabo hasta shakespeare tuvo alguna vez un libro favorito...
