
Ella, se presenta libre, sin complejos ni prejuicios.
Con sonrisa de medio lao´, que revela la sencillez;
Te presta sus ojos... unos ojos que te invitan a reír,
Mas no es una risa de esas nerviosas,
como cuando un mujeron se te pone al frente;
mas bien es una sonrisa sincera, tímida y por demás simpática...
como una inobjetable y ligera señal de complicidad.
Su cabello, por demás salvaje, se revela castaño, tirando a rojizo,
con un mechón embelezante que recorre una mejilla y confluye hasta su boca.
Boca exuberante, con un lunar merodeante...
lunar que me regala un ticket de avión, para darle alas a la imaginación,
en un vuelo que me lleva directo hasta el aire de su aroma...
Aroma dulce y ácido a su vez, como fresa de los andes...
fresa salvaje que produce en mis entrañas sensaciones de lujuria contenida...
y caprichosamente contenida por la mujer que sujeta mi mano,
que todas las mañanas me regala un "te amo"...
pero que no es ni tan dulce ni tan ácida, ni tan salvaje ni tan complice
ni tan sencilla, ni tan libre... pues no es mas que mi mujer....