Saturday, June 17, 2006

La Hija Rembrandt




Vivía atormentada. Por muchos mirada, por pocos admirada. Acongojada. Fingiendo naturalidad. Recluida. Postrada en una cama dorada inquilina de una inconexa habitación. Lejos de un verdadero hogar. Desnuda. Helada en el frío San Petersburgo. Llena de luz pero vacía. Fecundada en un anuncio de muerte. Maniatada en el amor. Recorriendo oscilantes vaivenes de mayor amargura que otros. Maldiciendo la creación, la erudita inmortalidad de sus agarrotadas formas. Rendida al peso de los días de años que eran siglos. Al amanecer de uno de ellos, Dánae, hija de Rembrandt, decidió abandonar su cuadro. Cayó desplomada de la cama con las fuerzas en el lindar del olvido, notando la imposibilidad de cualquier otro movimiento. Lloró de rabia, impotente. El primer empleado de la mañana observó perplejo el cuadro. Dánae se hallaba desnuda al pie de la cama. Extenuada en su postrero esfuerzo de vida. Congelada de muerte.

3 comments:

EBE said...

El fondo de la bitácora -cual papiro antiguo- es impactante, amén de las imágenes que ilustran este texto....
PD: El contenido, interesante, sin duda.

franceline said...

Definitivamente este blog es muy bonito y siempre se encuentra un buen contenido!!..
Saludos..

La voz said...

bravo!
me acaba de llevar a hacer un ejercicio de lectura muy bueno.
su post me lo leyeron
y en mi mente quedo el cuadro bien dibujado.
usted no dejo espacio en blanco
me gustó mucho!

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